Hace unos días volamos a un lugar muy lejano en avión, de esos vuelos en los que te da tiempo a ver más de cuatro películas, leer, aburrirte, comer, pasear por los largos pasillos… Entre las miles de películas vimos la película I feel pretty. Sin querer haceros un spoiler, os explicaremos un poco de que va. Trata de una chica joven que en su día a día pasa muy desapercibida, tiene dos buenas amigas y un trabajo muy monótono. Ella tiene en mente un canon de belleza y asocia dicho canon con el bienestar anímico, con el éxito, con poder encontrar pareja, conseguir todo aquello que quiere, autoconfianza,… Todo aquello que ella no tiene. De repente, después de un golpe en la cabeza, se mira al espejo y se ve con aquel canon de belleza con el que fantaseaba. Desde entonces todo aquello de lo que carecía se acentúa, se atreve hacer cosas que antes con su `antiguo cuerpo´ creía no poder. Empieza a conseguir todo lo que ella se propone, sube la cabeza bien alta, está segura, se enfrenta a todo y obtiene resultados positivos. Sin embargo, hay un momento en el que esa falsa apariencia empieza a separarse de las cosas realmente importantes, su carácter se vuelve altivo y hostil, ya no es la que era. No seguiremos explicando la película para que os animéis a verla.

Después de ver la película solo podíamos decir: QUE IMPORTANTE ES LA ACTITUD CON LA QUE NOS ENFRENTAMOS A NUESTRA VIDA. En muchas ocasiones tenemos la falsa creencia de que teniendo un cuerpo de escándalo nos comeremos el mundo. Pero, ¿Qué es un cuerpo de escándalo? Da igual altas, bajas, grandes, pequeñas, delgadas, gordas, pelirrojas, morenas, con gafas, con pecas, estrías, cicatrices,… Con todas estas características cada una puede ser esa mujer de escándalo. ¿Cómo podemos hacerlo? En primer lugar tenemos que creer en nosotras mismas. Trabajar una buena y fuerte autoestima es lo que nos permitirá hacer todo aquello que deseemos. En muchas ocasiones, es una misma la que se autodestruye con los mensajes que se envía, idealizando una figura o una vida, y anclándose a esas fantasías. ¡Parémoslos ya! Nos están impidiendo ver lo realmente valiosas que somos. Centrémonos en todo aquello que hemos conseguido, en lo que queremos alcanzar y cómo lo vamos hacer. Cuando una se siente sexy, poderosa, valiosa, puede con todo. Con esto no queremos decir que en la vida no surgirán dudas, ni miedos, ni inseguridades, pero, que según con la actitud con la que nos enfrentemos los resultados serán unos u otros. La importancia de hablarse a uno mismo de forma positiva, nos ayudará a centrar la atención en nuestras virtudes.
Tenemos que aprender a respetarnos, a querernos, a valorarnos. Sentirse sexy tiene que ser cuestión de nuestra actitud no de un físico o de la ropa que nos llevemos. Queremos salir a la calle y toparnos con ellas, ver como sonríen, como pisan fuerte, cómo son dueñas de sus vidas, esa es la actitud que tenemos que tomar. Septiembre suele ser para muchos un comienzo de año con nuevos objetivos y propósitos, así que alcancémoslos con la actitud que se merecen.

Pd: hablamos en femenino ya que lo hemos enfocado desde la película donde la protagonista es una chica, pero siempre nos gusta generalizarlo a todos los sexos y a todas las personas.

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