Se acerca el final de curso y con el ello la terrible entrega de ‘las notas’. Muchos niños las esperarán ansiosos, otros sin preocupaciones, otros con miedo, o incluso con cierta tristeza. El fracaso escolar es uno de los problemas más comunes de nuestra sociedad.  En España, la tasa de fracaso escolar es del 19%. Muchos estudios determinan que las causas más frecuentes son los trastornos de aprendizaje y/o el malestar emocional. Un 2% se debe a factores intelectuales y un 29%, aproximadamente, a trastornos del aprendizaje.

Durante el curso, si los padres han hecho un buen seguimiento académico, sabrán cómo puede ser el resultado de sus hijos. Sin embargo, no es hasta la entrega final de las calificaciones que los padres suelen reaccionar al ver unos resultados negativos. Enfrentarse a esas notas no solo afecta a los niños, sino que los padres también sufren a nivel emocional. Por eso, en muchas ocasiones, no saben cómo tienen que afrontar esta situación y cómo actuar con los hijos.

Antes de hablar con vuestros hijos sobre los resultados, nos gustaría que pudierais parar y pensar en cómo se puede sentir vuestro hijo. Suelen sentirse mal, decepcionados, aparecen los sentimientos de fracaso, e incluso, de inferioridad al compararse con el resto de sus compañeros. Su autoestima puede verse dañada en ese momento. En primer lugar, es importante que investiguéis el motivo de esos resultados para poder afrontar el problema y poder ayudarlos. Tener una actitud asertiva con ellos no ayudará a acercarnos y que nos puedan dar más información. Pensar que cuando hay malos resultados es una alarma de que algo no va bien y señal de que le puede estar pasando algo. En segundo lugar, sería aconsejable tener una evaluación previa realizada por un profesional sobre las competencias del niño para saber si hay un problema a nivel intelectual, de comportamiento, de atención, si hay algún déficit,…

Una vez realizado los pasos anteriores podéis proceder hablar con vuestro hijo con el objetivo de escucharlo, entenderlo y poner solución aquellas cosas que no funcionan. Es importante:

»Mantener una conversación proactiva. Tenemos que ser conscientes, como hemos dicho anteriormente, de que seguramente los niños se sientan mal por esos resultados. Por eso, olvidémonos de mensajes negativos o destructivos ya que solo harán que él/ella se hundan más.

»Establecer horarios. Es importante que tanto el niño como los padres sepáis en todo momento el tiempo y el hábito que tiene de estudio. Así como el espacio en el que el dedica ese tiempo para saber si es el adecuado o no.

»Seguimiento. Ver los deberes o exámenes que tiene en la agenda, nos ayudará a llevar un control de si está realizando las actividades, a cuales dedica más tiempo, en qué tiene más dificultades,…

»Reforzar positivamente todos aquellos pequeños logros que vaya alcanzarlo.

»Motivación. Fomentar un buen ambiente, tener un buen apoyo, y no perder la paciencia, será fundamental para que el niño se sienta seguro de sí mismo.

»Técnicas de estudio. Es importante saber cómo estudia nuestro hijo para saber si debe cambiar sus técnicas y adquirir unas más adecuadas. (Tenéis un post dedicado a las técnicas de estudio)

»Profesorado. En caso de que fuera necesario, estar en contacto con el tutor y profesores, nos ayudará a trabajar en equipo para mejorar las capacidades de nuestros hijos.

 

Recordar la importancia de averiguar el motivo de ese fracaso escolar, ya que será el camino es os conduzca al cambio. Pedir ayuda a profesionales que os puedan aconsejar, profesores particulares, academias,…Enfocar este momento con una proyección positiva ya que beneficiará al niño a poder lograrlo. El buen acompañamiento por parte de los padres en el proceso hará que se obtenga un mejor resultado.

 

 

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